sábado, 29 de diciembre de 2012

Fichas para la autoestima

Daniel Goleman, ya en las primeras páginas de su "best-seller" Inteligencia Emocional habla acerca de que la inteligencia entendida como racionalidad, no es condición suficiente para acceder al éxito. Para ello se necesitarían otros factores más de tipo emocional, que nos permitirían desarrollar nuestras ideas de tal forma que consiguiésemos hacerlas llegar adecuadamente al resto de la humanidad. En fin, aun con el aluvión de críticas que personalmente se me pueden ocurrir a propósito del desarrollo del libro anteriormente mencionado (no tanto de la teoría en sí como de los ejemplos que tiende a mencionar), sí que es necesario reconocer que algo importante para cada un@ de nosotr@s va a ser la aceptación de lo nuestro por parte de los demás. Colocando un límite, por supuesto... nuestra vida no puede hallarse condicionada cara a conseguir el beneplácito de todo aquél que se cruce en nuestro camino. Pero ¿qué ocurre con los individuos que nos rodean y que son significativamente importantes para nosotr@s?... o lo que es lo mismo, aquellas personas a las que guardamos un lugar privilegiado dentro de nuestro corazón.

Y enlazando con la anterior entrada, esas palabras mal dichas en un momento determinado, o esa actitud no deseable en determinadas circunstancias en las que lo esperable sería la comprensión y el apoyo, actúa directamente sobre nuestra manera de percibir el mundo, a los demás. Y lo que es aún más profundo: actúa sobre la forma que podemos tener para analizar nuestra propia existencia, la manera en la que nos podemos definir (autoconcepto) y más concretamente, sobre el aprecio que cada un@ pueda llegar a desarrollar hacia sí mism@.... nuestra AUTOESTIMA. Y quiero dejarlo así, en mayúscula y en negrita, porque considero que he ahí la base de nuestra manera de encontrar soluciones a nuestros problemas, el cimiento de la madurez personal para afrontarlos y salir adelante con la cabeza alta... hayamos o no alcanzado la solución deseada. Da paso a otra gran palabra: AUTOCONFIANZA. La felicidad no es un estado continuo de auto-enamoramiento.... es un estado más bien de plenitud, con sus altibajos, pero en el cual podemos apoyarnos, tanto para valorar todo lo bueno que nos rodea, como para superar lo más negativo de nuestra existencia.


jueves, 27 de diciembre de 2012

¿Te atreves a soñar?

Extracto del capítulo “Tu propósito”, de La espiral de la felicidad


El mayor peligro para la mayoría de nosotros no es que apuntamos demasiado alto y fallamos, sino que apuntamos demasiado bajo y acertamos”
Miguel Ángel (arquitecto, escultor y pintor).
Espero que no hayas leído el título de este capítulo en el índice del libro y te hayas dirigido directamente a él buscando la gran respuesta. La respuesta a esa trascendental pregunta, como la mayoría de las respuestas que vas a necesitar para conseguir todo lo que anhelas, no las vas a encontrar en ningún libro. Como mucho conseguirás que un guía te acompañe en el camino de descubrir los lugares donde se encuentran dentro de ti, alguno de ellos quizá remotos ahora mismo. Pero los tesoros de esos lugares que descubras sólo podrán ser cargados por tus manos y transportados en tus espaldas… y, lógicamente, sólo tú podrás disfrutarlos y decidir compartirlos, aunque es evidente que todos los que te quieren también tendrán una recompensa indirecta a través de tu felicidad. 
El objetivo de este capítulo es que tú mismo encuentres tu meta, y todo lo que has leído detenidamente hasta llegar aquí es importante para que ahora ese objetivo se consiga. Eres quizá como un Mozart al que equivocadamente se le dio un pincel en lugar de un piano, y todos alrededor pensaron que tan sólo alcanzarías a ser un torpe pintor de brocha gorda. Hasta tú lo creíste. Ahora es el momento de romper esas creencias, de marcar un nuevo rumbo, de girar el timón y tomar nuevos vientos favorables. Debes elegir cuidadosamente tu destino para esta nueva aventura, para este desafío que es vivir. 
 ¿Listo para definir tu meta? ¿Notas el cosquilleo en el estómago? Es normal, son los nervios de algo importante que se acerca. ¿No es fantástico sentir que estamos a punto de encaminar nuestro futuro? No creo que haya prácticamente nada que pueda igualar la sensación de que somos los auténticos dueños de nuestra vida, no hay excitación mayor que la de sentir que el viaje más importante, el de mayor trascendencia, el que marcará nuestras vidas, está solo en nuestras propias manos. ¿Miedo?, espero que no. Yo estaría mucho más asustado si fuera otro el que decidiera por dónde irá mi vida, pero estando en mis manos es sobre todo un regalo y una gran oportunidad. Esa es tu situación ahora mismo. No dejes que pase un minuto más. Estés donde estés leyendo esto encuentra un instante de calma y comienza a pensar. No te estoy pidiendo que ahí, quizá en medio de un autobús repleto donde puede que estés ahora, encuentres en dos minutos el sentido a tu vida, el propósito final. Lo que sí te estoy pidiendo es que no subestimes ese momento, porque nada ni nadie puede asegurar que no lo vayas a encontrar ahí mismo. Piensa que el mejor momento que tienes para pensar en tu meta… ¡es precisamente ahora mismo! Lógicamente no puedes en el pasado, y el futuro no es una opción, porque no existe. Ahora estas aquí leyendo esto, con el estómago revoloteando porque puedes darle sentido a muchas cosas que antes no conseguías entender, y no es momento de dejar pasar la oportunidad. Agárrala con fuerza. 
Como hemos oído hasta la saciedad y, sobre todo, en épocas de crisis: “No pretendas obtener resultados diferentes si sigues haciendo lo mismo”. Esta frase, por repetida no es menos correcta. Es necesario que cambies ciertos parámetros básicos de tu modelo de reflexión para que el resultado que obtengas esta vez no te lleve de nuevo a un pozo de frustración. Debes tener en cuenta lo siguiente: 

viernes, 21 de diciembre de 2012

Impresiones del I Encuentro de la Red de Empoderamiento


Éramos cinco almas al unísono,
Sus palabras eran el alimento
De mi alma,
Que necesitaba consuelo,
Me abrí el corazón y deje
Que entrará la dulce voz de Sonia,
Y las palabra De Lourdes Sánchez García
Resonaron en mi interior,
Y descubrí algo que no sabía
Y me dijo José Luis mi lucha interior.
Luis M Gil me susurró ese potencial oculto
A mis ojos, pero que el veía
Porque tiene un don.
Todos me empujaron, me alentaron,
Me permitieron ser yo misma,
Expresar, talvez, mi dolor,
Mi voluntad, mis proyectos...
Oportunidades para el autodescubrimiento,
Diálogo de mi tortuoso ser,
Red para caer, y para levantarme
Mi grupo...


Reflexiones de José Luis:

A raíz de las presentaciones de cada participante extraje una serie de patrones comunes a todos los miembros:

Visión estratégica o global. No suelen quedarse en los marcos de acción específicos en los que actúan sino que su pensamiento va más allá y piensa en la totalidad de la organización en la que se desenvuelven. Eso permite abordar proyectos a largo plazo con cierta garantía de éxito.

Visión social. No se quedan en la problemática personal sino que se amplía el horizonte de sus inquietudes mucho más allá. Tratan de mejorar el espacio del mundo en el que actúan.

Implicación máxima. Cualquier trabajo en el que se integran es tomado como un reto y se meten “hasta las trancas”, sin términos medios.

Gusto por el riesgo. No tienen miedo a afrontar nuevos retos, nuevos campos del saber o nuevas funciones. Lo desconocido no es una barrera sino una puerta abierta.

Durante la puesta en común de ideas respecto al empoderamiento se produjeron las primeras resonancias.